CRONICA DESDE ARGENTINA
En su asunción el presidente de la Nación Alan Garcia Perez, afirmó que “esta es la oportunidad de la transformació n, del cambio cultural y moral que demanda la hora”. Pero sabía además que para llevar a cabo el cambio que el conjunto de los peruanos requería debía estar acompañada por “un compromiso activo de la sociedad” en su conjunto.
Tal es así que para el presidente de la Nación el compromiso de la militancia nunca le fue ajeno. Fue parte, junto a muchos de los hombres y mujeres que hoy comparten la responsabilidad de la transformació n, de una generación que en decadas pasadas se incorporaron a la vida política en sus sueños de una patria justa, libre y soberana.
Sin embargo, en un malicioso contraste de generaciones que ha tenido lamentablemente éxito, uno suele escuchar acusaciones sobre el desinterés de los jóvenes por la política. Como si a los jóvenes no les interesara el otro, ni la patria que los vio nacer. Obvian deliberadamente que está naciendo un fenómeno de participación juvenil que tiene nuevamente el sueño de una patria que contenga con dignidad a todos.
Es así que muchísimos jóvenes que hoy nos hemos sumado a la vida política del país sabemos que la realidad nos plantea una tarea difícil pero hermosa: devolverle a la política lo que es suyo. Precisamente “asumir un compromiso activo”. Ni más ni menos que repolitizar la política. Porque como enseñaba el maestro Victor Raul Haya de la Torre; la política en su esencia es la lucha por la idea. Se trata, ante todo, de saber quiénes somos para retomar el orgulloso legado que aquellos jóvenes de decadas pasadas que sufrieron a sangre y fuego, y el camino que nos han señalado.
Muchos jovenes siguieron comprometidos, a pesar de que intentaron literalmente matarlos, con sus sueños e ideales. Muchos de ellos, fueron parte de la minoría del aprismo que durante casi diez años combatió al proceso fujimomentisinista. Un proceso de entrega mediante la política de endeudamiento y corrupción que llevó a nuestro país a índices imperdonables de pobreza, exclusión y desesperanza.
Más allá que algunos les moleste, nosotros –los jóvenes– asumimos ese mismo compromiso de militancia con el objetivo de demostrar que el cambio es posible. El presente que nos toca transitar así lo demuestra. Porque hay que ser claros: quién acusa abiertamente a los jóvenes por el desinterés y su incapacidad para la política algún interés espurio tiene. No nos olvidemos el proceso de exclusión inundó también a la política. Y este proceso no se dio por un mandato natural. Y los jóvenes no fueron precisamente sus causantes.
Repolitizar la política es nuestro mejor homenaje ante aquellos hombres y mujeres que nos marcaron el camino para que juntos transitamos el sueño de una patria justa, libre y soberana. Hoy, a más de treinta años de militancia estos "jóvenes" se encuentran en la madurez de sus capacidades y nosotros, los jóvenes del siglo veintiuno, asumimos su historia como propia con orgullo. Sabemos como ellos que no todo no se compra ni se vende.
La conducción política y la gestión de gobierno de nuestro presidente han abierto una nueva brecha histórica. El compromiso sustantivo de los jóvenes de la resistencia, que hoy gozan de invalorable experiencia junto a la fuerza de los jóvenes del presente nos permitirá garantizar y concretar el sueño colectivo de la del Peru de la justicia social como parte del proyecto de una Sudamérica unida. Al final, lograremos un pais digno para nuestros hijos y los hijos de nuestroshijos y habremos cumplido la mision
VIVA EL PERU
VIVA HAYA DE LA TORRE
VIVA EL APRA
FERNANDO I. AGUINAGA
Coordinador
Union de Juventudes Argentina
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